«Utilería» de Bruno Gruppalli
(Guadalajara, Lunes, 18 Enero)
La Colección Dieresis presenta la instalación «Utilería» del artista argentino Bruno Gruppalli, como parte de las actividades de Pre-Zona MACO en Guadalajara. El performance se llevará a cabo en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara, el Viernes 29 de Enero a las 7:00 p.m.
La entrada al performance es gratuita y abierta al público. Esta actividad representa el inicio de una serie de programas públicos que la Colección Diéresis presentará en la ciudad a lo largo del año.
En ocasión de este evento Rosario Güiraldes, arquitecta y curadora, ha hecho una entrevista con el artista.
RG: ¿Cuál es la relación entre los elementos formales de tus dibujos (como el trazo, la forma y la textura y el modo en el que los mismos se vinculan entre sí) con los elementos interpretativos de tus composiciones espaciales?
BG: Considero que todo lo que hago son diferentes formas de hacer lo mismo. Todo tiene que ver con todo. El dibujo es algo así como el grado cero de mi sistema, casi todo comienza ahí. A veces mientras boceto algo que supongo que funcionará de manera espacial, aparece algo puramente gráfico y termina siendo un dibujo. No hay un límite claro. Otras veces ese dibujo necesariamente tiene que ser trasladado al espacio. Ahí comienzo a pensar los materiales a utilizar en ese traslado. Otra opción es que lleve una situación cotidiana o que abstraje de algún momento (puede ser de la calle, de una discoteca, u otro) al dibujo y de ahí al espacio. Obviamente en el espacio empieza otro trabajo, mover los elementos hasta dar con el equilibrio y las distancias justas. Cuando llega ese momento el dibujo queda lejano; como la dirección que uno anota por teléfono en papel al hablar con alguien en el momento en que uno llega a esa dirección.
RG: Tus obras tienen un componente conceptual muy firme, en donde la precisión es muy importante. El tipo y cantidad de objetos que comprenden tus instalaciones, así como el uso de instrucciones o anotaciones que las activan , son elementos fundamentales para acceder a tu producción. ¿Quiénes o cuáles son tus referencias cuando acudes a esta estrategia ?
BG: Pienso en los juegos de mesa, una caja que contiene elementos dispares entre si y un papel con las instrucciones. Ese papel pone todo eso en una misma constelación, dibuja un tipo de relación entre los objetos. De las instrucciones, me interesa que pueden ser muy abiertas y cada uno que las lee interpreta algo distinto. Funcionan de manera ambigua ya que generan un halo de precisión al trabajo y a su vez introducen al que las lee con su propio bagaje. Supongo que siempre tiendo a la síntesis. No sabría decir por qué. En este momento viene a mi cabeza el grupo de escritores Oulipo o una obra de Bruce Nauman que son instrucciones en un papel rosa, como posibles referencias, pero son muchas y vienen dependiendo según el estado del trabajo.
RG: Hay algo en tus obras que me hace pensar en poner a disposición del espectador un especie de proceso mental, casi como sumergir al espectador en un estado anímico, que tiene que ver con proponer o incentivar a que el espectador alcance un grado desarrollado de alerta. ¿Podrías hablar sobre ello?
BG: Me interesa activar el espacio en donde se puede ver mi trabajo, hacer notar las paredes, la luz que ilumina el lugar, el sonido de una voz humana, ese tipo de cosas. La sala propiamente dicha. Creo que cuando uno nota lo que lo rodea con este tipo de percepción comienza a vibrar algo que me interesa. Algo así como observar algo tan en detalle que de a poco todo lo demás comienza a desaparecer. Cuando las obras que habitan el espacio no se presentan con esa prepotencia de “obra de arte, mírenme acá estoy!” sino más bien como cosas a encontrar, a escuchar atentamente ese murmullo que producen, me parece que comienza a pasar ese estado anímico al que se refiere la pregunta. Cuando hay personas que son parte del trabajo realizando mínimas coreografías o hablando, suman un elemento más a esa concepción particular del espacio de exhibición. Considero que las obras son hechos, que suceden cuando uno se encuentra con ellas y las hace en ese momento. Por eso, todo afecta a ese hecho.
RG: Siguiendo la pregunta anterior, la música pareciera ser un hilo conductor en tu obra, en el sentido de la construcción de ciertos estados anímicos de trabajo. ¿Podrías hablar sobre tus rituales de trabajo?
BG: La música es fundamental en mi trabajo. Muchas veces me paso dos horas buscando la música justa para lo que voy a ponerme a trabajar. Pero creo que eso termina siendo como una puesta en estado del asunto y hace que fluya todo mucho más en el momento de la realización. Lo que si, cuando monto en el espacio siempre lo hago en silencio y cualquier sonido me distrae mucho y me irrita. Otro ritual, por llamarlo de alguna manera, es encontrar la iluminación justa para lo que estoy haciendo, lo que genera un horario particular de cada trabajo, algunos necesariamente los llevó adelante de día con luz natural otros de noche con luz artificial. Las sombras y los reflejos de cada trabajo me interesan mucho, son parte del mismo. Volviendo a la música, considero que algunos de mis mayores influencias vienen de allí más que de lo puramente visual. John Cage, Brian Eno, David Bowie por nombrar algunos.
RG: ¿Existe un guión o mapa a priori, o es algo que mantienes al azar y que es accionado en función de cada instalación y de cada intérprete ? En otras palabras, ¿cuánto de lo que sucede en la performance es algo que surge de cada contexto en particular?
BG: Bastante. Existen puntas e instrucciones pero como decía antes siempre pueden cambiar en cuanto a su interpretación. Creo que de esa manera el trabajo mantiene algo latente y siempre va a estar en variación. Algo así como una apertura para que entre el azar específico de esa combinación espacio temporal (como tirar un hilo a una superficie y ver que figura hace). Pero es ese justo equilibrio entre la instrucción y su interpretación o lectura del momento específico de cada sala donde sucederá la performance que activa la instalación, lo que mas me interesa. Cuando trabajo en este formato me interesa lo más específico del mismo, que es su aquí y ahora. Cada aquí y ahora obviamente es diferente. ¡Qué bueno que así sea!
RG: La colaboración pareciera ocupar un lugar central en tu obra; en numerosas oportunidades haz colaborado con los mismos artistas, tales como Liliana Porter, Daniel Joglar, Florencia Vecino, o Aldo Benítez ¿Qué lugar ocupa la colaboración en tu trabajo y cómo ha sido la experiencia en este tipo de intercambios ?
Cada trabajo que hago lo considero algo así como mantener una conversación anterior con algo borroso o fantasmal. El hecho de trabajar en colaboración transforma a esa figura que hay del otro lado de la conversación en algo más concreto, lo que me parece muy estimulante hacerlo cada un lapso de tiempo. Además siempre se da de manera espontánea, a veces me invitan a mostrar y enseguida pienso en que para esa ocasión tengo ganas de hacer algo con alguien específico, otras veces me invitan a mi, tomándolo casi como un regalo que me llega. En ese diálogo aparecen lugares nuevos, ampliaciones de lo que hago y el otro hace. Además al trabajar con otras personas uno no repite sus hábitos, sino que surgen otros mucho más precarios o evanescentes.
Conversación sostenida por Rosario Güiraldes y Bruno Gruppalli en enero de 2016.
Editada por Humberto Moro.